La jardinería del Antiguo Egipto; los Jardines Colgantes de Babilonia -construidos por Nabucodonosor II en el siglo VI A.C y considerados una de las de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo- o los jardines públicos de Atenas: hasta estos paraísos se remontan los orígenes del paisajismo o arquitectura de paisaje. Popularmente conocido como el arte de diseñar parques y jardines, esta disciplina de referencias milenarias consiste en modificar las características visibles, físicas y anímicas de un espacio, rural o urbano, con el fin de embellecerlo.
En la raíz etimológica del término anida, también, el sentido de esta disciplina: paisaje deriva del francés ‘pays’ (país) y del sufijo ‘aje’ que le confiere acción al término. Paisajismo, entonces, refiere a la acción de hacer país. A su vez, originalmente jardín se remonta al hebreo ‘gan’, proteger o defender, que sugiere la presencia de un límite o valla y de ‘edén’: placer o deleite. Entendido así, el paisajismo es el arte de crear el propio edén.
Fue Frederick Law Olmsted -arquitecto paisajista, periodista y botánico estadounidense- quien acuñó el término ‘arquitectura del paisaje’ en 1858 tras diseñar el Central Park, de Nueva York, y sentar así las bases del paisajismo moderno. Su nombre, desde entonces, es referencia mundial junto al del francés Andrè Le Notre, jardinero del rey Luis XIV y diseñador de los jardines del Palacio de Versalles y al de Russel Page, uno de los más grandes paisajistas del siglo XX.
En Argentina también se ha desarrollado esta disciplina, a través de las obras de Carlos Thays, francés radicado en Buenos Aires, quien en 1896 conjugó la tradición inglesa y francesa propias de la jardinería del siglo XIX en el diseño del Parque General San Martín; y su discípulo Benito Javier Carrasco, quien, bajo la dirección de su maestro, creó el Rosedal de Palermo y buena parte del Jardín Botánico de Buenos Aires. También, gracias al trabajo de Cristina Le Mehauté, una de las principales referentes femeninas en paisajismo.
En Mendoza esta disciplina amplia, versátil y transversal que combina nociones de arquitectura, ingeniería, diseño artístico y sociología, también tiene sus referentes. Uno de ellos es Eduardo Vera, paisajista con 35 años de experiencia y más de 200 obras realizadas a diversas escalas. Visitamos una de sus creaciones, un proyecto del cual también participó la diseñadora de interiores Monica Tous, quien además es la autora del diseño interior de la casa.
Para Vera “el paisajismo es una forma de mirar la naturaleza. Hay tantas maneras de entender el paisajismo, como paisajistas”. Su tarea, explica, “es reconectar al hombre con la naturaleza, buscando la belleza que viene por añadidura”. Y en este proceso creativo, explica el paisajista, la arquitectura debe conectarse con el entorno y el medioambiente; y debe realizarse un uso racional de los recursos.
Un buen diseño, sostiene, es aquel que “está en relación con todos los elementos que están en una casa. Así, la creación de un entorno paisajístico, debe tener en cuenta el interiorismo, la arquitectura, el tipo de suelo y el clima del espacio”.
Estilo
Diseño de tendencias contemporáneas, con reminiscencias caribeñas y detalles mediterráneos. Perímetro de cierre definido por líneas formales y orgánicas.
Salvia leucantha
Planta herbácea originaria de México, perteneciente a la familia de las lamiáceas. Perenne en su hábitat y anual en zonas, siempre que las temperaturas sean bajas.
Olea texana
Arbusto perenne que pertenece a la familia de las Oleáceas, género Ligustrum, especie japonicum, variedad “Texanum”.
Chamaerops humilis
Única especie del género Chamaerops y única palmera autóctona de la Península Ibérica. Popularmente conocida como palmito o palmera enana.
Eduardo Vera, paisajista.
Con más de 200 obras realizadas en diversas escalas, se enfoca en el desarrollo del paisaje; el diseño de jardines y espacios destinados a disfrutar de la reconexión con la naturaleza.
Más info en: www.eduardovera.com.ar