Una joven idea que traspasa las fronteras de la educación en Medio Ambiente.
Con tan sólo 15 años, Noé Sottimano creó una Agrupación estudiantil en San José de Maristas para el contribuir al cuidado del medio ambiente. Después de un año la UEN traspasa fronteras para establecerse en nuevos Colegios.
Este 5 de Junio es el Día Mundial del Medio Ambiente, y con él llegan un sinfín de conceptos que nos enlazan con el amor hacia el planeta y hacia nuestro propio bienestar. Desde el surgimiento de numerables organizaciones que luchan por preservar la naturaleza con acciones sociales, ambientales y educativas, hemos visto un cambio a nivel global. Todo aporte que hagamos: desde apartar las botellas de vidrio del resto de los residuos hasta aprender a guardar un papelito en el bolsillo para luego depositarlo en el tachito, contribuye al cuidado del Medio Ambiente. Noé tuvo una visión igual a estas organizaciones, y supo dar forma a sus ideas con la creación de la Unión Estudiantil por la Naturaleza (UEN).
Hola Noé, ¿podrías contarnos sobre tu proyecto?
Se trata de una organización llamada “Unión Estudiantil por la Naturaleza– UEN” y que es dirigida por estudiantes.
La Unión empezó en Abril del año pasado y cuando arrancamos éramos 2: yo y Santiago Del Olmo. Nuestro objetivo fue claro desde el principio, hablamos con las autoridades del Colegio (con los hermanos Maristas) para que apoyaran nuestra campaña, y nos pidieron que lográramos que los chicos separaran residuos. Cumplir con esto de la noche a la mañana era prácticamente imposible. Si a la gran mayoría le cuesta tirar papeles al tachito, te imaginás decirles que separen! Entonces pensé que debíamos ir paso a paso: Primero lograr que tiren todos los residuos al tachito, y una vez lo incorporen como costumbre, haríamos otra campaña para separar. De esta manera empezamos con un equipo de 30 personas y creamos campañas de concientización para generar una costumbre. Los que vivimos en barrio privado, no conocemos las consecuencias de cada papelito que cae al piso. Pero hay muchas personas que sí lo sufren, y la naturaleza también. Empezamos a mostrar que con cada papelito que tiramos, contribuimos a que se tapen los acueductos, las acequias, los canales y eso llega a provocar hasta inundaciones.
Después de 1 año de trabajo, ¿cuáles han sido sus resultados?
Arrancamos con un equipo base con el que construíamos tachitos de basura. Los hicimos de cartón y los colocamos en toda la escuela. En ese momento éramos 30 chicos. Esta primer etapa de campa- ña estuvo 5 meses y los resultados fueron que muchas de las personas que antes tiraban el papel al piso ahora lo tiran en tachito, y cuando las personas ven a alguien tirando en el piso les avisan para que lo depositen en el lugar correcto. Después vino la segunda fase: separación de residuos. Y decidimos empezar por separar los plásticos de la basura, como siempre paso a paso. En esta instancia tuvimos que pedir ayuda a la Municipalidad de Mendoza para que realizaran la logística desde la escuela hasta la planta de reciclaje. Así lo hicimos por 7 meses!
¿Cómo se organizan?
Tenemos una organización bastante armada. Todos los equipos tienen líderes y ellos me presentan los proyectos, los debatimos en un “Consejo” y así con cada idea. Nos planteamos objetivos mensuales y anuales. El anual era que toda la escuela lograra separar residuos. Se logró e inclusive creció mucho más porque desde la Municipalidad nos dieron tachos para la recolección de pilas y juntamos bastantes.
La agrupación se divide en equipos:
1· Dirección General: desde donde me encargo de supervisar que todo vaya bien, por su camino.
2· Equipo Social: es el único donde hay solo chicas y se encargan de contribuir con tapitas de plástico al Hospital Notti. Al lado de cada tacho de basura, hay un contenedor sólo de tapitas.
3· Equipo de Finanzas: que se encargan de negociar con locales comerciales. Acá se encargan de intercambiar de alguna manera, botellas por productos que puedan ser rifados. Gracias a esto contamos con tachitos de basura, no solo para San José de Maristas, sino para escuelas públicas.
¿Noé de dónde obtienen fondos para las actividades de su agrupación?
Al igual que las empresa, en la Agrupación arrancamos aportando cada uno desde nuestras casas. Para los primeros tachitos, hicimos colectas y el resto fueron fondos propios y la colaboración de los padres. También hicimos un trato con la escuela y conseguimos fondos por ese lado. Por otra parte, a fin de año, hicimos una acción para que los alumnos reciclaran sus carpetas. Estas carpetas y papeles los vendimos y con ese capital seguimos invirtiendo en más tachitos, afiches, etc. ¿Qué pretenden hacer este 2016? La idea es repetir el trabajo que hicimos en Maristas en todas las escuelas. El objetivo es expandirnos y estoy seguro que lo vamos a lograr. Para un futuro, queremos llegar a armar equipos Provinciales. Hace poco estuve reunido con unos chicos de las escuelas Vicente Zapata y Arístides Villanueva para empezar a armar los grupos de trabajo. Una de nuestras estrategias es que cada uno aporta su idea y la hacemos valer. La estrategia fue crear vínculos con los chicos, que tengas ganas de volver y participar. Nosotros no decimos “escribí esto” sino “mirá, el mensaje que tiene que llegar es más o menos este”. Las chicas cuando pasan por el Colegio y ven el cartel, no ven una idea de la Agrupación, sino que ven una idea suya. Estamos asociados con Fundación Vivencias, que es con quienes hacemos muchas de las tareas, con la Municipalidad de Capital con quienes armamos la logística de botellas y con el Hospital Notti a quienes proveemos bolsones de pilas.
¿En qué pensaban cuando se les ocurrió esta gran idea?
Estoy acostumbrado al orden y a la limpieza, y en eso entra el cuidado por el medio ambiente. Me molestaba cuando alguien tiraba un papelito al piso e inmediatamente le decía “Acá está el papelito que se te cayó”. En mi familia siempre hemos sido muy ordenados. Vivíamos en el norte de Italia y allá todo es ordenado, limpio, esta estructura viene un poco de allí.
¿De dónde obtuviste esta estructura de trabajo?
No tengo idea! Cuando me aburro, me pongo a ver documentales: de la II Guerra Mundial, de Mandela, de todos estos grandes que consiguieron lo que querían. Veo tanto a los buenos, como a los más estafadores y creo que la inspiración viene de esto, de cómo hicieron ellos lograr lo que lograron.
¿Qué te dijeron tus papás?
Imagino el orgullo! Mi papá está muy contento. Desde el principio me apoyó y siempre me pregunta cómo va todo. La empresa DOMUS, donde mi padre es administrador, ha colaborado arduamente y trabajamos en conjunto muy agradecidos, al igual que con el resto de los padres que han hecho sus aportes.
Por último, contanos ¿Cómo ha sido tu experiencia en Dalvian?
Cuando llegamos de Italia, no sabíamos lo que significaba un “barrio privado”, allá no está esa diferencia. Entonces no nos animábamos porque pensábamos que nos íbamos a retraer, que íbamos a convertirnos en antisociales. Después cambiamos el pensamiento totalmente. Es como una Ciudad donde podés caminar hasta tarde, donde todo es verde y limpio. Con mi papá lo preferimos por todos los servicios que tiene: los programas de limpieza, la seguridad, las remodelaciones. Es un barrio que está siempre activo y eso me encanta.