Aunque el coaching surgió hace más de tres décadas como una herramienta para incrementar el rendimiento individual de los deportistas, con el correr de los años comenzó a ser utilizado por las empresas y organizaciones, expandiéndose desde Estados Unidos hacia el mundo. De allí que, actualmente, el coaching ejecutivo sea considerado un entrenamiento indispensable para afrontar los cambios que se dan en el mercado y en el ámbito personal. “Un coach, como agente de cambio, puede convertir la empresa en ese espacio donde las nuevas generaciones puedan desarrollar todo su talento”, asegura el coach de negocios español Oriol Cabané.
Sin embargo, es la poca habilidad para desarrollar personas uno de los principales problemas que hoy enfrentan las organizaciones: “De manera instintiva se los trata a todos por igual, interpretando que todos tienen los mismos problemas y motivaciones”. El español señala: “En mundo en que culturas, razas y generaciones diferentes comparten espacios de trabajo, debemos poner el foco en las fortalezas en lugar de averiguar y potenciar nuestras debilidades”.
Un coach, como agente de cambio, puede convertir la empresa en ese espacio donde las nuevas generaciones puedan desarrollar todo su talento
Los criterios de selección, asegura, también se van viendo modificados. Según Cabané, “la experiencia y el conocimiento técnico han cedido lugar al entusiasmo y el buen humor, como las principales habilidades. La seriedad y el profesionalismo mal entendido dejan lugar a personas con inteligencia emocional, tacto y confianza ciega en sus equipos. Esta es la única manera sostenible de desarrollar equipos; hoy más que nunca estos necesitan de la colaboración y sinergia para llegar a resultados que piden clientes cada día más informados y exigentes”.
Líder se nace ¿o se hace?
Además de entender y encontrar nuevos resultados desde las personas, de ser aplicado en la resolución de conflictos, en la mejorar de la cohesión y el clima laboral, el coaching ejecutivo está directamente ligado a la capacidad de liderazgo; un rol que está cambiando de manera radical en los últimos años. “Al fin nos hemos dado cuenta de que liderar desde lo correcto, desde lo profesional, no mueve a nadie; la gente necesita ser movida y convencida desde lo emocional. Al igual que con el resto de la vida, los problemas en las organizaciones también pasan en la parte profunda, que uno de manera consciente no muestra porque lo ve como su gran debilidad. Organizaciones de todo el mundo se han puesto manos a la obra, no para cambiar la manera en cómo las ven sus clientes ni cómo venden sus productos o servicios, sino para cambiar emocionalmente su cultura, sus valores, porque ahí está el problema”, explica Cabané.
Otro de los desafíos que afrontan las organizaciones es generar vínculos estrechos entre líderes e integrantes de los equipos: “Esta es la única manera de conocer cuál es la motivación y cuál es el desafío de cada individuo. En su tarea de sacar lo mejor de cada uno, el líder debe vincularse con su equipo, dando siempre el primer paso. Para ello debe apelar al poder de la escucha, como una habilidad que mejora las relaciones, interpretaciones y juicio de su gente”.
Organizaciones de todo el mundo se han puesto manos a la obra, no para cambiar la manera en cómo las ven sus clientes ni cómo venden sus productos o servicios, sino para cambiar emocionalmente su cultura, sus valores, porque ahí está el problema.
Si el rol está cambiando es porque los antiguos modelos de liderazgo comenzaron a derrumbarse. De allí que tanto se hable de la figura del ‘líder coach’ como uno de los más efectivos estilos de dirección de personas porque está basado en un modelo de pregunta y escucha, proponiendo el qué y dejando en manos del equipo el cómo. En otras palabras, un líder coach es el encargado de generar vínculos cercanos, confianza y de detectar las fortalezas de cada uno. “Ya no tienen lugar aquellos jefes que en tres segundos localizaban debilidades y armaban planes de formación a medida. El tiempo nos ha dicho, de manera clara, que las fortalezas nos describen como personas y profesionales, dando pie a un desarrollo exponencial para formar parte de un equipo donde cada uno suma desde su lugar más natural. Como si de un jugador de ajedrez se tratara, un líder coloca esas piezas en el mejor lugar y consigue un desempeño formidable y encarado a obtener resultados”, señala.
Ahora bien: aceptado el caso de que el mundo está cambiando y de que las organizaciones deben ser creativas e innovadoras para poder seguir ese tren, cabe la pregunta, entonces: ¿cómo serán los nuevos líderes de las organizaciones?, ¿qué tendrán en cuenta y qué les pedirán a sus equipos de trabajo? Cabané asegura que “el objetivo principal de cualquier líder es reducir la rotación de personal, involucrar a su gente y comprometerla. Las viejas mañas del liderazgo ya dejaron de funcionar, no puede influir en personas independientes que piden paso y que quieren ser autónomos y generadores de ideas. Hoy el líder debe saber ceder ese espacio, potenciar esas cualidades, generar vínculos en los que el trabajo en equipo y la colaboración sean la receta para encontrar grandes resultados. Definitivamente el coaching es la herramienta que nos solucionará el liderazgo en las nuevas organizaciones”.
Oriol Cabané Rovira
Oriol Cabané Rovira, Licenciado en Gestión de Empresas Turísticas y Máster en Recursos Humanos (IQS Ramon Llull) y Gestión de Empresas (EADA). Certificación Coach Professional. ADEN- Association for London.
Es especialista en abordar temáticas como el desarrollo sustentable desde la perspectiva de los grandes cambios del siglo XXI y las competencias claves para liderar empresas en un mundo en movimiento constante. Se desempeñó como Gerente de Operaciones (Starbucks Coffee, London) y Gerente de Recursos Humanos (MUJI, Japan). Es Miembro del ICE Instituto de Coaching Ejecutivo.
Más información en:
www.oriolcabane.com