Las criptomonedas son un tipo de moneda digital que utiliza un cifrado en sus operaciones (blockchain), como las transferencias de dinero o el pago de un determinado producto o servicio.
A diferencia de las monedas tradicionales, este tipo de dinero sólo existe en la web y su generación y almacenamiento es puramente digital, por ende no corre el peligro que sí tienen el peso, el dólar, el euro o cualquier otra moneda: la expansión descontrolada por parte de una autoridad monetaria, como puede ser el Banco Central o la Reserva Federal, en Estados Unidos.
El Bitcoin, como Ethereum, Lite, Power Ledger y más de doscientas otras monedas, pueden ser utilizadas en cualquier parte del mundo, siempre y cuando el pagador y cobrador las admitan. Esta premisa es fundamental, ya que si nadie las aceptase como medio de intercambio, no tendrían ningún valor. Al igual que sucedía en la antigüedad con otras monedas como el oro, cuanto mayor sea el uso que la población hace de ellas, mayor será su valor como medio de intercambio. Del mismo modo, si estas monedas dejasen de tener confianza entre los usuarios, podrían llegar a desaparecer, por eso es clave el ingreso en un mercado de valores como Nasdaq.
El BitCoin, como Ethereum, Lite, Power Ledger y más de doscientas otras monedas, pueden ser utilizadas en cualquier parte del mundo, siempre y cuando el pagador y cobrador las admitan.
Hasta el momento su uso se limita a pagos en internet, sin embargo hay varias empresas que están estudiando su potencial. WalMart, por ejemplo, está en fase de pruebas para utilizar Bitcoin o tal vez una moneda propia. En Australia ya se está utilizando el Power Ledger para el intercambio de la electricidad generada en hogares a través de paneles solares.
Bitcoin y la legalidad
Las criptomonedas, a pesar de tratarse de un medio de intercambio seguro, adolecen de algunos problemas monetarios que es conveniente resaltar. En primer lugar, al estar al margen de cualquier regulación estatal, su emisión queda fuera del control del banco central del país en el que se utilizan. Según el Banco Central Europeo, las criptomonedas son intrínsecamente inestables y podrían poner en serio peligro el uso del euro si se llegasen a generalizar. Esto las elimina, hasta que estén reguladas, como moneda de cambio usada en el día a día, y las relega a pagos puntuales por Internet.
Además, dado que las criptomonedas suelen tener un número máximo de unidades que se pueden generar, la generalización en su uso podría provocar graves desequilibrios en el sistema de precios. Esto es así porque, en el momento en que una economía crece, es necesario que el banco central del país emita más monedas para acomodar el dinero disponible para el consumo a la oferta de bienes y servicios. En este sentido, debido a la rigidez y la lentitud en la emisión de nuevas criptomonedas, la economía podría entrar en un proceso deflacionario puesto que, si se utiliza la misma cantidad de dinero para una oferta mayor, los precios descienden.
En septiembre de 2017, China, uno de los países con mayor cantidad de transacciones, prohibió a las bolsas de Bitcoin de Pekín que registraran nuevos usuarios y les demandó cerrar todas sus operaciones en ese mismo mes. El Banco Central de China declaró ilegales las Ofertas Iniciales de Monedas (ICO), mecanismo mediante el cual se financian las criptomonedas, y el precio del Bitcoin cayó a US$3.900.
Para paliar todos estos problemas, el Banco Central de Inglaterra anunció que baraja la creación de una criptomoneda propia que unifique las ventajas de la criptografía con la consolidación de una moneda regulada. Que una moneda no esté regulada significa que no tiene garantías de continuidad, que carece de los avales para hacerla estable en el tiempo. La pérdida de la confianza en el Bitcoin podría ocasionar un desplome del valor de la divisa digital, como de hecho ocurrió luego de los anuncios oficiales de China.
A pesar de todo, Estados Unidos tomó cartas en el asunto y en diciembre del año pasado el Bitcoin comenzó a operar en el mercado de futuros de Chicago (CBOE), lo que resultó en un incremento del 10% de su precio en 24 horas, al superar los US$17.000. La criptomoneda más popular del mundo experimentó ese repunte apenas cuatro horas después de haber llegado a caer hasta los US$13.217, tras varios días de batir récords gracias a las expectativas de su debut en Chicago.

Después de que Estados Unidos anunció la habilitación para que los dos mercados operen futuros de Bitcoin, el presidente de CBOE, Chris Concannon, expresó que “el lanzamiento de los futuros realmente hará que el mercado sea más saludable” porque “creará equilibrio de precios en el mercado”.
Los clientes que tenían Bitcoin no tenían forma de cubrir su riesgo. Los futuros les permiten protegerse y tomar puntos de vista opuestos. Más importante aún, traen una ola de supervisión reguladora.
“Los clientes que tenían Bitcoin no tenían forma de cubrir su riesgo. Estos productos les permiten protegerse y tomar puntos de vista opuestos. Más importante aún, trae una ola de supervisión reguladora”, sostuvo Concannon en declaraciones a la prensa. Según cifras del sistema de monitoreo de divisas digitales Coin Market Cap, el precio del Bitcoin registró en enero una pérdida de su valor de cerca del 15% y bajó hasta los US$9500, la cifra más baja desde el 1 de diciembre pasado y menos de la mitad del récord de US$20.000 que conquistó el mismo mes.
“Hay mucho pánico en el mercado”, dijo a Reuters Charles Hayter, fundador del sitio Cryptocompare. “Tenés más incertidumbre regulatoria y, debido a estas caídas, aparecen estas otras consecuencias”, añadió, en referencia a la depreciación que también alcanzó a otras monedas digitales, como Ethereum y Ripple.
Precisamente, los rumores de una nueva ola de investigaciones en torno a este activo en Estados Unidos, Francia, Corea del Sur y Japón y el consecuente temor por posibles regulaciones a su uso habrían motorizado el derrumbe. El ascenso del Bitcoin incluso será tratado en la reunión del G20 en la Argentina.
¿Cómo adquirir Bitcoins?
Bitex es una de las empresas pioneras en la Argentina. Para eso primero hay que abrir una cuenta, dándose de alta por mail. Luego simplemente hay que adherir al servicio una cuenta bancaria local, se debita el monto y se paga con una transferencia en pesos argentinos. No es más complicado, por ejemplo, que comprar Letes o Lebac. Una vez que el monto transferido impacta en la cuenta abierta, desde allí se procede a la compra del bitcoin.
Para la habilitación del servicio sólo hace falta enviar imagen del DNI, escanear una factura o algún servicio a nombre del titular y presentar algún comprobante de ingreso, como monotributo o último recibo de sueldo. Apenas impacte la transferencia, se procederá a realizar la operación y le serán transferidos Bitcoin a la cuenta abierta a ese efecto.
Los bancos no se quieren quedar atrás de estas nuevas tecnologías. Una entidad local está a punto de cerrar un acuerdo para que sus clientes estén en condiciones, a través del home banking, de debitar desde sus propias cuentas y habilitar la compra de Bitcoin. Será posible verificar en todo momento las tenencias sin recurrir a compañías específicas del sector, aunque ellas serán las intermediarias en la transacción. El Banco Central deberá dar el visto bueno final, pero ya dejó trascender que alienta este tipo de operatorias.