POR ING. CARLOS GIRAUD BILLOUD
De porte erecto y llorón (las ramas son flexi- bles), desarrolla su floración durante todo el año, la que podemos notar en axilas de las hojas donde aparecen unos “frutos” (sico- nos) en cuyo interior están las flores. Tienen un crecimiento vertiginoso y, estando en el medio adecuado, pueden llegar a los 30 o 40 metros de altura plantado sobre tierra. En interior puede alcanzar tranquilamente los 2 metros si el sustrato y la situación luminosa son adecuadas.
Lo único que requiere es que no se le cam- bie de sitio -no le gusta- y dejar que la tierra se seque entre riego y riego. Una corriente de aire puede provocar la caída de las hojas. Por lo demás, esta planta no tiene más exigencias.
Características generales y cuidados
Luz: Dale mucha luz, pero no lo pongas al sol. En sitios con poca iluminación puede perder las hojas. Las variedades que tienen las hojas manchadas en blanco o en amarillo, necesi- tan más luz; acercamos a la luz para que no pierdan ese variegado ornamental (por ejem- plo cerca de una ventana, pero sin que le dé el sol o pocas horas de sol).
Temperatura: En invierno, lo ideal es que no baje de 13ºC y en verano una máxima de 24ºC. El ficus benjamina puede vivir al exte- rior en climas donde no hay heladas (temperatura que no baje de 0ºC, incluso a pleno sol. Puedes sacarlos al exterior con buen tiem- po, a semi-sombra y en otoño meterlo den- tro otra vez. Mejor que no tenga que soportar corrientes de aire dentro de las casas.
Humedad: No es exigente en humedad ambiental, pero agradece un fino rociado diario, excepto cuando la temperatura baje de 15oC. En verano, el pulverizado le viene especialmente bien. Sobrevivirá incluso en un ambiente seco por calefacción y aire acon-
dicionado; aunque no pongas el Ficus cerca de la calefacción (aire muy seco).
Riego: No más de 2 veces por semana en verano, y una vez cada 8 ó 10 días en invier- no. Cuidado con regar en exceso. No riegues hasta que no esté la tierra casi seca y asegú- rate que no permanece agua estancada en la maceta por tener el agujero de drenaje obs- truido.
Abono: Echa cada 30 días en primavera y verano un fertilizante como el triple quince. Transplante: Cambia a una maceta un poco mayor cada año, en primavera. Si es una planta demasiado grande para manipularla con facilidad, sustituye anualmente solo la capa superior del sustrato ( un par de centí- metros) por otro nuevo.
Poda de despunte: Para que se mantenga frondoso, despunta cada 2 ó 3 meses. Corta las 2 ó 3 últimas hojas de cada ramilla termi- nal (cuidado con las gotas que caen al suelo de látex blanco pegajoso).
Problemas
¿Se le caen las hojas? El Ficus benjamina cuando tiene algún problema reacciona nor- malmente tirando hojas. Sin embargo, aun- que se defolie totalmente, no lo tires, tiene capacidad para rebrotar de nuevo. Las cau- sas de caída son:
• Al cambiarlo de sitio.
• Cuando se compra un ejemplar y hasta que se aclimata a su nueva casa. Esto se suele lla- mar “el síndrome de la casa nueva”.
• Si está puesto en un sitio con poca luz. Quiere más luz.
• Si está puesto en un sitio demasiado frío o baja de golpe la temperatura. Esto suele apa- recer en finales de otoño o invierno. Si está haciendo mucho frío, déjale a la planta la calefacción encendida por la noche con poca potencia.
¿Hojas ennegrecidas? Eso puede ser porque la hoja ha tocado una ventana fría. Apárta- la de ahí.
¿Puntas de las hojas secas? Ficus sometido a corrientes de aire. Quita la planta de don- de esté y mantén las puertas cerradas lo que puedas. Las hojas salen en primavera peque- ñas y la planta tiene un color opaco, como sin vida. Eso es que necesita ser trasplantada. Hazlo en primavera. Si es una planta grande, en lugar de trasplantarla a otra mace- ta mayor, sustituye la capa superior del com- post (2 ó 3 centímetros) por otro nuevo. En este último caso abónala; en el primero no lo hagas hasta pasado 1 mes.
¿Hojas amarillas? Exceso de riego o carencia de hierro en la tierra. Riega menos si el sus- trato está empapado y aporta un fertilizante con hierro como los quelatos de hierro.
Plagas y enfermedades
Araña roja: el síntoma más corriente al prin- cipio son las punteaduras decoloradas y mates y manchas amarillas. Posteriormen- te se abarquillan, se secan y caen. Las hojas afectadas presentan una zona amarillenta en
el haz que se corresponde con la existencia de colonias en el envés. Hojas nuevas
sin brillo (mates).
Pueden aparecer finos hilos de telarañas por debajo.
Cochinilla algodonosa: son escamitas marrones situadadas sobre todo en el envés de las hojas y también en los tallos. Producen hojas descoloridas. Además excretan un líquido azucarado sobre el que se asienta un hongo de color negro, llamado fumagina, como si fuera hollín (hay especies de cochinillas que no lo hacen).
Pulgones: los Pulgones, junto a las Cochinillas son las plagas más comunes. Provocan hojas enrolladas, deformadas y pegajosas. Se localizan más en los brotes nuevos y tiernos. Sobre la melaza que excretan los mismos pulgones, aparece el hongo de color negro llamado Fumaginas. Este hongo afea y también perjudica a las hojas.
Manchas en las hojas: Varias especies de Alternaria, Phyllosticta y otros hongos pueden ocasionar manchas, generalmente en los márgenes y oscuras. El desarrollo de estos hongos puede contenerse mediante fungicidas.