Trabajar en educación es preguntarse cada día cómo acompañar con idoneidad a las familias en la formación de sus hijos.
Digamos que no es sencillo prepararlos para un mundo que nos cuesta imaginar. La ciencia y la tecnología nos han demostrado en las últimas décadas de qué manera se puede transformar radicalmente nuestro modo de trabajar, de comunicarnos, de entretenernos, de “enseñar” y de “aprender”.
Nos queda mucho más por ver y, ciertamente, no sabemos cómo “lucirá” ese futuro. Lo cierto es que el dominio de determinadas capacidades o habilidades van a ser fundamentales para adaptarse a él.
Por eso, desde el Colegio procuramos crear contextos de aprendizaje que pongan en acción la creatividad, la autonomía, la comunicación, el juicio crítico, el aprendizaje colaborativo y el trabajo en equipo.
Sin duda, los Programas Internacionales que están integrados a nuestro Plan de Estudios desde hace más de veinte años, han tenido una incidencia muy fuerte en el trabajo por competencias. También en una visión interdisciplinaria y multicultural.
Cuando hablamos de contextos de aprendizaje, no nos limitamos al aula. Entendemos que el Deporte, el Teatro, el liderazgo promovido a través de las “Houses”, los proyectos solidarios, los viajes y las salidas son instancias privilegiadas donde se ponen en juego las competencias, el ser y el hacer con otros.
Sabemos que nuestros alumnos pueden olvidar gran parte de lo que estudian y sin dificultad, volver a estudiarlo. Pero lo que es imborrable, sin duda, es la experiencia de los proyectos compartidos con docentes o compañeros y la satisfacción personal del esfuerzo y el logro. O como lo sintetizamos en San Andrés: “Lo que vivís aquí, lo llevás por siempre.”