Facundo Juárez es el nuevo orgullo de Club Dalvian. Tenista de pies a cabeza, logró conseguir el título ganador en la 48° edición del Torneo Crepuscular, el tradicional encuentro de los mejores jugadores de Mendoza y del país. En una final protagonizada enteramente por mendocinos, se destacó este joven de 20 años que actualmente es el número 907 del ranking mundial de la ATP y que entrena en Club Dalvian hace cinco años, con la pasión que acompaña a los campeones.
En esta entrevista exclusiva para revista ÚNICO Facundo relata cómo vivió el torneo y cómo vive el tenis en su vida y en su día a día.
Estoy feliz de haber vuelto
a encontrar mi juego y la confianza.
Pancho Bahamonde, tu rival en la final, aseguró que el certamen Crepuscular es histórico. ¿Cómo fue participar por primera vez en él?
Como dice Pancho, Torneo Crepuscular es un torneo tradicional en el que yo, ya desde muy chico, tuve la suerte de ver grandes jugadores que hoy están en el top 100, por eso es una alegría enorme haberlo jugado y más haberlo ganado. Es la primera vez que lo jugaba. Estoy muy feliz; no solo de haberlo jugado sino también de aparecer como uno de los ganadores.
¿Qué sentiste al derrotar al favorito del circuito local?
Una alegría enorme. La verdad que, como todos saben, Pancho es un gran jugador y siempre estuvo arriba. Disfruté mucho haberle ganado, aunque ya le había hecho. Sin embargo este torneo fue distinto: por lo que genera, por la cantidad de personas que van a verlo y por el premio. Es una gran satisfacción, la verdad.
El tenis te ayuda a mantenerte, a ser fuerte de la cabeza, a afrontar los problemas, a ver en que fallaste, a asumir errores, corregir. Pero lo bueno también del tenis es que todas las semanas tenés revancha.
¿Dudaste alguna vez en que el título sería tuyo?
No, para nada. Nunca dudé que podía llegar a ganar el título. Lo que sí, venía con poca confianza: los golpes, venía jugando mal, no me venía sintiendo cómodo. Tampoco me imaginé que lo iba a ganar. Pero nunca dudé que podría hacerlo si jugaba mi mejor tenis. En este sentido, estoy feliz de haber vuelto a encontrar mi juego y la confianza.
En el deporte, como en la vida, a veces se gana y a veces se pierde ¿cómo manejás las situaciones de derrota?
Y… en el tenis las derrotas son difíciles. Para que la derrota sea más tranquila y no me la tome tan mal y no me haga mal a la cabeza siempre trato de apoyarme en la gente que me rodea: mi entrenador, mi familia, mis amigos, mi novia, mi psicóloga. Pero siempre es duro perder; el tenis es individual y, bueno, el que pierde soy solo yo. Eso es feo, la verdad, pero con todas las personas que uno tiene al lado siempre se hace un poco más tranquilo.
¿Cómo es la vida del deportista?
La vida de un deportista de 20 años no es fácil, ya que te tenés que privar de muchas cosas. No podés salir ni podés ir a cumpleaños cuando todos tus amigos lo hacen. Te invitan a programas a los cuales no podés ir porque tenés que ir a entrenar o jugar. En el momento es difícil decir que no, pero uno sabe que a la larga, ese sacrificio puede dar sus frutos y así llegar a conseguir lo que uno siempre buscó.
Describime un día en la vida de Facundo
Me levanto tipo 7, hago gimnasio a las 8. De ahí salgo tipo 9, me voy a entrenar hasta las casi 11. Vuelvo a mi casa, como, descanso un poco, y a las 3 y media vuelvo a entrenar hasta las 5. Y después siempre me junto con mis amigos, o vienen amigos a casa o me junto con mi novia. La verdad que no me puedo quejar de la vida que tengo.
¿Y hay algo más a lo que te gustaría dedicarte, o dedicarle tiempo?
No. Está claro que mi único camino es el tenis. De hecho, no estudio. No hay tiempo para otra cosa. Porque el tiempo que te lleva el tenis es bastante. Entonces, si no estás abocado al 100% es muy difícil llegar.
El tenis puede ser un deporte solitario, ¿verdadero o falso?
El tenis es un deporte solitario. Esto es difícil, a veces, para la cabeza pero bueno, también las alegrías, en los partidos que ganás la alegría es solo tuya. Claro que tenés tus amigos en los viajes, andás en grupo, no es que estás todo el día solo. Hay amigos del tenis, eso sí.
Club Dalvian te vio crecer, ¿cómo se vive un triunfo individual?
Es muy lindo. Haber ganado un torneo grande muchas veces incentiva a los chiquitos que vienen en otros horarios al club Dalvian a entrenar. Entonces más allá de que sea una alegría enorme para mí, para mi carrera, para lo que genera en lo individual, también es lindo ver que los chicos que van al club estén motivados.
¿Qué valores del tenis podrían aplicarse a nuestra sociedad?
El tenis te enseña a resolver problemas, a estar siempre bien de la cabeza. Todas las semanas competís, al ser muy difícil ganar, la mayoría de las veces perdés en algún partido. Este deporte te ayuda a mantenerte, a ser fuerte de la cabeza, a afrontar los problemas, a ver en que fallaste, a asumir errores, corregir. Pero lo bueno del tenis también es que todas las semanas tenés revancha.

Por último, ¿qué le dirías a los chicos que viven en Dalvian y están pensando en practicar algún deporte?
Les diría que practiquen todos los deportes que más puedan, que es lindo, sano y te hace tener muchos amigos. Ni hablar si jugas al fútbol, y a todo los deportes que hay. Que no se apuren, que no se presionen, que lo hagan más bien por diversión que por un trabajo. En su momento, cuando sean más grandes, tendrán que decidir.
Quiero agradecer a mi familia que siempre me apoyó; a Ale Posca, mi entrenador desde que arranqué a jugar; a Gustavo Zingaretti, mi preparador físico; a Mercedes Apugliese, mi psicóloga deportiva; a mis amigos, que también me apoyan y me entienden y a Fede, mi novia quien no solo me apoya sino también se aguanta los viajes y siempre lo hace de la mejor manera.