La industria de los alimentos llamados de emergencia, los cuales están compuestos básicamente por productos deshidratados y liofilizados que pueden almacenarse por años, persiguen un nuevo público: las familias ocupadas que buscan en la comida rápida y saludablecomo solución a su falta de tiempo.
LIOFILIZACIÓN
Es un proceso en el que se congela el producto y posteriormente se introduce en una cámara de vacío para realizar la separación del agua. De esta manera se elimina el agua desde el estado sólido al gaseoso, preservando la estructura molecular de la sustancia, resulta en productos de mayor calidad, ya que al no emplear calor evita las pérdidas nutricionales y organolépticas. El benefcio básico para la venta de este tipo de productos es que el alimento tiene una gran duración. Pero para las empresas, la propia ventaja se ha convertido en un inconveniente, ya que los clientes pueden abastecerse de una sola vez de este tipo de productos y no volver a tener necesidad de los mismos.
LA SOLUCIÓN
Este problema provoca que este sector alimenticio se plantee: “El éxito no debe depender de que llegue el Armagedón”, sino de intentar atraer a un grupo más amplio de clientes con una nueva propuesta basada en alimentos orgánicos, libres de gluten y saludables. El apocalipsis no va a ocurrir, pero sí es posible que nieve o que llueva a cántaros y no sea posible ir al supermercado.
Es ahí donde nace un nuevo nicho para este tipo de productos, para las familias que no cuentan con el tiempo necesario para realizar una comida elaborada y sana o para esos días donde no se puede salir de casa, dándole al consumidor una nueva alternativa a los platillos rápidos y snacks.
OTRO PUNTO DE VISTA
Si tenemos en cuenta el sistema de producción de frutas y hortalizas en argentina, se calcula que cerca de 40 por ciento de las cosechas se arruinan por las condiciones climáticas o pérdidas en el transporte de la mercancía. Y aunque no lo creás, aquí hay un área de oportunidad.
Tradicionalmente, la fruta con algún tipo de maltrato se emplea para elaborar dulces y salsas; la deshidratación de este producto es una forma de recuperar parte de las mermas y una veta de negocio en sí mismo. Además, aplicar estas técnicas de conservación, son de gran ayuda para los agricultores que frecuentemente son presionados a vender su cosecha a precios muy bajos o dejarlas podrir ante los altos precios de transporte y comercialización. Es por eso que este tipo de alimentos se ha convertido en un gran negocio, porque su elección va más allá de una cuestión de gusto, es sobre todo un tema de practicidad, es una buena opción ante la escasez de tiempo sin recurrir a comidas con alto contenido en grasas o carbohidratos, adoptándolos en nuestros freezers y heladeras a la espera de una contingencia; esta vez no una catastrófca, sino más bien de índole gastronómica-hogareña.