“Om” es el sonido que los adultos repetimos internamente antes de reaccionar ante algo que nos enoja; es la onomatopeya de la meditación, y es un mantra muy utilizado en la práctica del yoga. Lo que representa va mucho más allá de un simple sonido, incluye también una vibración que nos relaja.
Para el hinduismo, el OM significa la unidad con lo supremo y, por eso, los hindúes comienzan su día, cualquier trabajo o viaje con una meditación, dejando que el OM emane energías positivas a nuestra mente y cuerpo. Entonces, ¿por qué no comenzar las clases con una buena dosis de relajación?
Así lo propuso el Dr. Daniel López Rosetti en el Programa de Meditación en Colegios (PROMECO), que resultó de la implementación del diseño de un Plan Piloto llevado a cabo en el nivel primario de seis colegios públicos de San Isidro durante 2015. Este Programa pertenece al Servicio de Medicina del Estrés del Hospital Central de San Isidro y está incluido en la Unidad de Ecobioética de la UNESCO. Por esos años, ya era tendencia mundial incluir esta práctica en las escuelas, sobre todo en países con altos índices de bullying escolar, como una manera de combatir el estrés, reducir la ansiedad y encontrar una alternativa a las reacciones violentas de los chicos. Es que “la meditación provoca serenidad en los alumnos, mejora el vínculo entre ellos y con los maestros”, como afirma López Rosetti; y aclara que se trata de buscar una alternativa a las conductas violentas, ya que el chico se da un espacio de tiempo en vez de reaccionar con ira. “En el fondo, es un entrenamiento para la paz”, añade el profesional.
Pero la disminución de las reacciones agresivas no es el único beneficio de la meditación: nuestro cerebro necesita estar en calma para poder trabajar correctamente, de ahí la importancia de la relajación en el ámbito educacional. La relajación es la vía por la cual nuestra mente es capaz de estar abierta y receptiva a cualquier conocimiento o situación. Gracias al estado de relajación podemos pensar y meditar con claridad, y esto es lo que nos hace seres libres y autónomos, que es el fin último de la educación. La currícula escolar debe organizarse y practicarse de acuerdo con los llamados “pilares” de la educación, que son cuatro: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. La relajación que produce la meditación podría servir a los docentes como un gran recurso para llevar a la práctica el “aprender a ser”.
La meditación provoca serenidad en los alumnos, mejora el vínculo entre ellos y con los maestros. En el fondo, es un entrenamiento para la paz.
¿Cómo funciona?
La idea es la siguiente: el docente instruye a los chicos durante cinco minutos todas las mañanas en la técnica de relajación psicofísica. Para esto, “todos los días, antes de sacar las cosas de la mochila, la maestra baja las luces, pone música y dirige un ejercicio de relajación psicofísica y meditación”
La idea es la siguiente: el docente instruye a los chicos durante cinco minutos todas las mañanas en la técnica de relajación psicofísica. Para esto, “todos los días, antes de sacar las cosas de la mochila, la maestra baja las luces, pone música y dirige un ejercicio de relajación psicofísica y meditación”, explica López Rosetti. Esto, según la neurocientífica de Harvard Sara Lazar, refuerza la fortaleza emocional, un mayor entendimiento de uno mismo y otros, pero solamente si se practica de manera sostenida.
Los profesionales interesados en formarse para practicar la meditación en sus clases o instituciones, no tiene más que conectarse con el Servicio de Medicina (promecoargentina@gmail.com) para empadronarse y recibir la capacitación online con el manual instructivo pertinente, los videos de capacitación y el material bibliográfico, como así también la mecánica de evaluación a distancia a los efectos de acreditar y habilitar al docente a la práctica de la técnica de relajación y meditación normatizada según el procedimiento especifico desarrollado para el PROMECO.