Durante esta estación, es importante prestar atención a la salud visual de los niños, ya que suelen aparecer las alergias primaverales. Las temperaturas altas y el aumento del polen de las flores, así como el polvo en el aire, pueden afectar el bienestar de nuestros hijos. El Dr. Carlos Agustín Piglionico, especialista en oftalmología, conversó con ÚNICO para aconsejar a los padres sobre los cuidados a tener en cuenta en esta temporada.
Entre las problemáticas más comunes, la que genera más consultas es la conjuntivitis alérgica, que es la inflamación de la conjuntiva provocada por una reacción a algún alérgeno. Es decir, se produce cuando una sustancia que puede inducir una reacción de hipersensibilidad en personas susceptibles se contacta con la superficie ocular. La conjuntiva es el tejido transparente que recubre el interior de los párpados y se hincha cuando entra en contacto con la caspa, el moho, los pelos de las mascotas, etc. La alergia típica en los más pequeños es al polen y al polvo, por lo que se recomienda aplicar una buena higiene en manos y en el hogar. De esta manera, cuando se froten o toquen los ojos, hay menos posibilidades de que estos alérgenos entren en contacto con la conjuntiva.
La conjuntivitis alérgica es es la inflamación de la conjuntiva provocada por una reacción a algún alérgeno.
De la misma manera, se sugiere exponer a los chicos lo menos posible a estos factores. Si bien es imposible aislarlos totalmente, podemos tomar algunas medidas como, por ejemplo, evitar salir con viento zonda. Si notamos que tienen picazón, debemos lavarles los ojos con agua fría e intentar que no se rasquen.
En el verano, en cambio, predomina la conjuntivitis infecciosa en sus dos versiones: viral o bacteriana. Si bien la conjuntivitis suele presentarse sola, la viral puede detectarse porque acompaña a un resfrío común o a una infección de las vías respiratorias. Por otro lado, si las secreciones del ojo son espesas y abundantes, hay altas probabilidades de que sea bacteriana.
El mayor problema de esta conjuntivitis es que es muy contagiosa. Por este motivo, el niño afectado no debe ir a la escuela o la guardería hasta, aproximadamente, pasada una semana de haber empezado el tratamiento. Además, deben tomarse las mismas medidas higiénicas explicadas anteriormente, evitando compartir toallas u otros elementos de limpieza.
Otra de las amenazas del estío es la conjuntivitis irritativa, causada en general por el cloro y otros agentes desinfectantes que se añaden al agua de las piscinas y que, además de irritar los ojos, pueden favorecer la entrada de gérmenes y provocar una infección. Como no hay forma de evitar que los pequeños pasen gran parte del día con la cabeza dentro del agua, la mejor prevención es ponerles antiparras.
En cuanto a los síntomas de todas estas conjuntivitis, podemos contar:
- Picor o escozor en los ojos
- Hinchazón de los párpados, especialmente por la mañana
- Ojos llorosos y lagrimeo
- Visión borrosa temporal
- Secreciones de tipo acuoso o viscoso
- Enrojecimiento ocular
- Dilatación de los vasos sanguíneos de la conjuntiva
- Sensación de quemazón o de cuerpo extraño en los ojos
Si aparece alguno de estos signos en nuestros hijos, es importante asistir al oftalmólogo para que confirme el diagnóstico y prescriba un tratamiento en caso de ser necesario, que, dependiendo del tipo de conjuntivitis, consistirá en algún tipo de antibiótico -ya sea en forma de colirios o de uso tópico- o algún antihistamínico por vía oral o bien colirios.