Lo principal que debemos hacer es incluir en la dieta alimentos con mucha fibra, como son las frutas y verduras. Aquellas que se pueden consumir con cáscara o crudas serán las más importantes, como las manzanas, peras o bananas. Para aumentar la disponibilidad se recomienda aprovechar las de estación.
La ingesta de agua es otro punto muy importante. Beber entre dos a tres litros de agua por día es recomendable para depurar toxinas y sentirse lleno sin la necesidad de comer o picar entre el almuerzo y la cena. Es primordial eliminar todo tipo de alcohol. El consumo de café y tabaco también debe reducirse al mínimo posible, siendo lo mejor no consumirlos en absoluto.
A la hora de cocinar, recomiendo disminuir la utilización de la sal de mesa ya que muchos alimentos aportan sodio a la dieta. Otro hábito importante será suprimir azúcares simples como las golosinas, gaseosas o garrapiñadas.
En cuanto a la cocción de los alimentos, se recomienda cocinar al vapor, al horno o a la plancha. Para que la desintoxicación sea efectiva será necesario evitar las harinas refinadas, como los amasados de pastelería, y las grasas saturadas que se encuentran en productos de copetín, embutidos y fiambres.
Lo malo de muchas dietas desintoxicantes es que son muy restrictivas, limitan muchos alimentos, excepto las frutas y verduras. Por estas razones es que no se recomiendan por tiempo prolongado y siempre deberán llevarse a cabo bajo la supervisión de un nutricionista.
Griselda D’amico
Nutricionista