La tecnología no siempre es una fuente de dispersión para los chicos. También puede servir como una potente herramienta para potenciar su aprendizaje, ya que motiva en ellos la creatividad y el pensamiento crítico. Esto lo logra por medio de la robótica, disciplina multidisciplinaria que combina nociones de ingeniería, mecánica, electrónica y física. A través de ella, los niños logran adquirir enseñanzas por medio de actividades lúdicas que incentivan su capacidad de razonamiento.
“Cuando se trata de aprender, la robótica educativa es una actividad polivalente, multidisciplinar e integradora”, explicó la magíster en TIC en educación Kathia Pittí Patiño. “Por su carácter práctico, resulta igualmente adecuada para que niños, jóvenes y adultos, mediante la resolución de problemas en un ámbito de trabajo colaborativo, generen su propio conocimiento a la vez que desarrollan competencias esenciales para este nuevo milenio”, agregó.
“La robótica anima a los estudiantes a pensar creativamente, analizar situaciones y aplicar el pensamiento crítico junto con habilidades para resolver problemas presentes en el mundo real”.
Kathia Pittí Patiño
La robótica prepara a los niños para un futuro en el que la capacidad de estructurar y solucionar problemas será vital. La ventaja que ofrece es que este aprendizaje se adquiere sin resignar creatividad ni diversión. Una de las herramientas a las que recurre para cumplir este cometido son los juguetes STEM, nombre que se deriva de las siglas science (ciencia), technology (tecnología), engineering (ingeniería) y mathematics (matemáticas). Por medio de ellos, los chicos se convierten en protagonistas de un juego que estimula su imaginación mientras se esfuerzan por comprender la tecnología.
PREPARACIÓN PARA LOS TRABAJOS DEL FUTURO
En su informe Trabajar para un futuro más prometedor, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aseguró que “los avances tecnológicos, la inteligencia artificial, la automatización y la robótica crearán nuevos puestos de trabajo”. La entidad advirtió que, en esta transición, podrían perder su empleo “los menos preparados para aprovechar las nuevas oportunidades”. “Las competencias de hoy no coincidirán con los trabajos de mañana y las competencias recién adquiridas podrían volverse rápidamente obsoletas”, planteó el organismo.
Partiendo de una visión similar, la consultora Adecco sostuvo que, dentro de la oferta de trabajos tecnológicos, la robótica será uno de los ejes de la transformación del panorama digital. Sin embargo, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reveló que solo el 25% de los millennials latinoamericanos está dispuesto a adoptar las nuevas tecnologías. A fin de revertir este panorama, la escuela debe apostar a la enseñanza con robots para garantizar un mejor futuro laboral para los niños de hoy.
¿Por qué la robótica es tan valorada?
Según el tecnólogo Joan Cwaik, la colaboración entre robots y humanos es cada vez más importante en las industrias de fabricación. Esto se debe a que la robótica les aporta tres ventajas clave:
• Aumenta la productividad: el uso de robots permite obtener una producción mayor en un tiempo menor.
• Garantiza la calidad: la alta precisión y repetitividad de las tareas posibilita la obtención de productos lo más homogéneos y uniformes posibles.
• Brinda seguridad: los accidentes laborales disminuyen por la menor presencia de trabajadores en procesos de fabricación peligrosos.
La robótica es una de las revoluciones más disruptivas del siglo XX. Su impacto no se limita a lo económico, pues se extiende también por todas las dimensiones de la vida. Es por esto que, en un mundo en plena transformación digital, aprender de ella y con ella es prepararse para un mejor futuro.
¿QUÉ ES UN ROBOT?
Un robot es una máquina manipulable y reprogramable, capaz de realizar acciones a partir de la información que recoge de sus sensores internos y externos. Asimismo, es un dispositivo tecnológico que puede tomar decisiones complejas y actuar consecuentemente.
Si bien al hablar de ellos uno imagina humanoides, existen tres tipos más de artefactos, los móviles, los industriales y los de servicios. Los primeros se dividen en aéreos, terrestres, submarinos y de microgravedad. Entre los segundos, se destacan los brazos mecánicos y las articulaciones. Los últimos se distinguen entre profesionales y personales.