Llegó la primavera al hemisferio norte y el espectáculo de los cerezos
en flor en Japón atrae a miles de turistas de todas partes del mundo; pero no solamente a los extranjeros, sino que el hanami es una tradición instaurada en el pueblo japonés y consiste en observar la belleza de todo tipo de flores. Por lo general, se asocia esta palabra al período en que florecen los cerezos —o sakura en el idioma nipón— y en el que la gente acude en masa a parques y jardines a contemplar esta maravilla de la naturaleza.
La flor del cerezo es tan admirada porque es una metáfora de la vida, bella pero efímera.
Esta celebración es una de las pasiones de los japoneses y tienen muchas razones para adorarla. En esta sección compartiremos algunos secretos para conocer la isla en esta época y las locaciones específicas para disfrutarla a pleno.
¿Cuándo?
La flor del cerezo tiene una vida muy corta, de tan solo una semana. Gracias a esta impermanencia es tan admirada —el concepto de transitoriedad está muy ligado al espíritu japonés y a las filosofías orientales—, hasta el punto de llegar a ser una metáfora de la vida: bella pero efímera.
Por esta razón es de vital importancia el pronóstico de floración que realiza anualmente la Oficina de Meteorología. La información que provee esta institución sirve para que la gente pueda programar las fiestas del hanami y para que los turistas puedan programar sus viajes.
Sin embargo, podemos hacer un cálculo más o menos exacto: en las latitudes más meridionales, la floración de los ciruelos comienza en febrero y la de los cerezos en marzo y el frente de floración (kaika zensen) se va extendiendo desde Okinawa hacia el norte del país, acabando a mediados de mayo con la floración de los cerezos en Hokkaidō, la más septentrional de las islas del archipiélago japonés. Debido a que el clima de cada región no siempre es igual año tras año, en cada región puede adelantarse o atrasarse ligeramente.
¿Dónde?
Hay muchísimos lugares donde practicar el hanami, desde los más famosos y concurridos, hasta pequeñas joyas escondidas en pueblos y ciudades de todo Japón. Compartimos con nuestros lectores una lista de los mejores sitios:
—El monte Yoshino (o Yoshinoyama en japonés), en la prefectura de Nara (región de Kinki); tiene más de 3000 cerezos, por lo que es uno de los lugares más populares para disfrutar del hanami.
—El parque del antiguo castillo de Takato, en la prefectura de Nagano (región de Chubu); tiene más de 1500 cerezos.
—El parque del castillo de Hirosaki, en la prefectura de Aomori (región de Tohoku); tiene más de 2500 cerezos y un ambiente espectacular.
—El castillo de Nakijin, en la Isla de Okinawa (región de Kyūshū). La iluminación con lámparas y velas durante esta época del año incrementa la belleza de estas ruinas al pasear entre los cerezos en flor. Una visión totalmente sobrecogedora y hermosa. Se recomienda, sobre todo, visitarlo al atardecer.
—El lago Kawaguchiko, a los pies del Monte Fuji (región de Kanto). Nada mejor que añadir a la posibilidad de disfrutar de la lluvia de pétalos del cerezo, un gigante sagrado como telón de fondo.
¿Cómo?
Previamente explicamos que el hanami no implica solamente pasear y maravillarse ante la belleza de los cerezos en flor, sino también hacer un picnic con amigos, familiares o compañeros de trabajo bajo estos árboles. Si querés vivirlo a los japonés, tenés que seguir estos pasos.
Primero, hay que preparar la bebida y comida que llevarás con vos. El obentō o comida preparada para llevar se consigue fácilmente en cajas específicas para picnics de hanami, ¡más fácil imposible! Como se comparte, tiene que estar cortada o dividida en trozos individuales y debería ser fácilmente degustable, esa es la única regla referida a la gastronomía.
En cuanto a la bebida, la cerveza y el sake suelen ser los protagonistas. Si bien en algunos parques, especialmente los de gestión privada, no está permitido entrar con alcohol, los picnics bajo los cerezos son fiestas muy animadas y es tradición que haya mucha bebida presente. De hecho, a veces la contemplación de los cerezos en flor no es más que la excusa para juntarse a comer y beber con los amigos.
Un elemento infaltable es la manta para sentarse sobre el pasto. En Japón se suelen utilizar unos plásticos de gran tamaño (normalmente de color azul o verdoso) para hacer picnic, pero la versión más campestre de la manta de cuadros también funciona, aunque abulta y pesa más, da más calor y es más difícil de limpiar, de ahí que los japoneses prefieran los plásticos.
Finalmente, la vestimenta y calzado. Ya sabemos que los japoneses están muy acostumbrados a quitarse los zapatos al entrar en casa, en la escuela, en algunos templos, etc., así que no sorprende ver que también lo hacen a la hora de sentarse en los parques. Así pues, a tener en cuenta las normas de etiqueta japonesa básica y el estado de nuestros calcetines. En cuanto al kimono, dado que es una fiesta muy especial dentro del calendario japonés, también es una ocasión ideal para vestirlo, si bien se aceptan también las prendas occidentales normales.
¡Buena temporada de hanami para todos!